domingo, 8 de diciembre de 2013

ANIMACIÓN A LA LECTURA

KAMISHIBAI es una palabra japonesa que significa “Teatro de papel” y es una forma muy popular, desde hace varios siglos, de contar cuentos. Ejerce una irresistible fascinación sobre la audiencia infantil. Sus características y la forma de presentarlo, ayudan a conseguir un efecto mágico y de concentración en torno al cuento,  mucho más fácilmente que con otras técnicas narrativas.
El pasado miércoles 3 de diciembre,  los niños de 5ºA tuvieron la oportunidad de disfrutar de un cuento contado con Kamishibai en clase de lectura. Pudimos comprobar que es cierto que esta forma de escuchar un cuento capta la atención de los niños y les motiva para luego contarlo ellos mismos.  



“Hans y la princesa” es un cuento tradicional de Noruega.  Los alumnos lo escucharon, lo interpretaron y luego contaron la historia en su libro de composiciones. Cada uno de los cuatro grupos seleccionó el cuento de un compañero como el mejor, identificando las características de un buen resumen, despertando así no solo sus facetas de escritores sino también de críticos literarios.

Los seleccionados fueron:
            Lions group:  Marta Herráez
            Monkeys group: Antonio Ruiz
            Dolphins group: Manuel Belmonte
            Zebras group: Carlos Caulin

“HANS Y LA PRINCESA”
Érase una vez una princesa que nunca reía. Su padre le dijo a todo el mundo, que quien hiciese reír a la princesa se casaría con ella, pero quien no le hiciese reír tendría un castigo: le churruscarían las orejas con hierro caliente.
Era una familia muy pobre. Todos los hermanos ya se las había churruscado, menos al menor, Hans, así que fue a palacio a hacer reír a la princesa. Hans se cruzó con un trol y le dijo que quien comiese más gachas ganaba. Si ganaba, el trol  se comía a Hans, si ganaba Hans, le dejaba marchar. Hans hizo trampa, pero aún así ganó. El trol explotó y se convirtió en un cisne. Hans decidió llevárselo. La gente veía las plumas del cisne y la querían coger, pero se quedaban pegados, así todo el camino. Cuando llegaron al palacio, todo el mundo se quedó pegado. La princesa, se empezó a reír. Hans y la princesa se casaron. Fueron felices y comieron perdices.

Marta Herráez

No hay comentarios:

Publicar un comentario