LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate,
nadie así te amará.
Mi madre dice que ya la conocía y le ha encantado volverla a recordar.
ResponderEliminarDe Andrea Lo pez Milian
Mi madre tambien le ha encantado volverla a recordar
ResponderEliminarUna poesía de un autor muy triste pero que aún asi, es capaz de escribir mezclando el romance y la tristeza
ResponderEliminarDe Adrián Gregorio
Me ha encantado esta poesía tan preciosa y hermosa mi madre y mi abuela también les ha gustado volver a recordarla.
ResponderEliminarHugo Sempere
Me ha encantado mucho 👍 María Alfaro
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar